En el año 2012 una persona pretendiendo perjudicar a un vecino y de paso sacarle casi 2000 € lo denunció por haberle vertido pintura sobre su vehículo, aportando junto a la denuncia un presupuesto que en realidad correspondía a la reparación integral de la carrocería. Para poder asociar los daños denunciados con la reparación integral de la carrocería, no se le ocurrió otra cosa que acompañar el presupuesto de un documento falso supuestamente del redactado por el taller, en el que se afirmaba que lo presupuestado se correspondía con daños provocados por el vertido de pintura por toda la carrocería.
El denunciado solicitó el peritaje de dichos documentos.
Mediante un programa de análisis forense se pudo observar que el sello que aparecía en dicho escrito estaba exactamente a la misma altura y con el mismo ángulo de inclinación que el que aparecía en el presupuesto. Ya lo que los sellos se ponen a mano, es imposible que se dé esa circunstancia en dos documentos originales. El taller confirmó la falsedad del documento, así como el hecho de que el presupuesto fue solicitado para llevar a cabo una reparación integral de la carrocería, y no para resolver los daños por pintura
Además, gracias a los vecinos, se supo que el día de los hechos la denunciante llamó a la Policía Local, a quién le dijo que sospechaba que había sido el vecino. Como la Policía Local le dijo que con meras sospechas no podían hacer nada, la denunciante llamó a los Mossos d'Esquadra a quienes les dijo que si había visto al vecino verter la pintura. El problema para la denunciante es que quedó registrada la intervención previa de la Policía Local, lo que evidenció que había dado dos versiones totalmente diferentes.
Obviamente el caso fue sobreseído pero además la denunciante se puede enfrentar a duras penas por falso testimonio, falsificación de documento, aportación de documento falso a juicio con el objeto de beneficiarse a la vez que perjudicar al denunciado y, finalmente, interponer una denuncia a sabiendas de que era falsa.