Una empresa solicita los servicios de un perito informático debido a que sospecha que una de sus empleadas, cuando llegaba tarde al trabajo, ya fuese ella misma o un familiar suyo, manipulaba los datos correspondientes al control horario de forma que, aparentemente habían llegado a la hora.
Con el tiempo las alteraciones se hicieron más descargadas llegando al extremo de que se marchaba mucho antes de finalizar la jornada laboral, modificando al día siguiente la hora de salida.
Demostrar la actividad fraudulenta fue fácil para el perito, ya que la empleada no había tomado demasiadas precauciones, pero la empresa deseaba conocer también las horas que la empleada les había estafado. Al observar que la empresa, además del sistema de control horario, disponía de un sistema de control de acceso al párking que registraba las entradas y salidas de los empleados.
El perito extrajo los registros informáticos de los mismos y al comparar los datos de fichaje con las entradas y salidas del párking se pudo determinar el cómputo total de horas que la empleada había estafado a su empresa.